A las 6:30 de la mañana nos recoge el chófer para ir al aeropuerto. Llegamos a Saigón por la mañana y visitamos la catedral, la oficina de correos, y la ópera. Allí mismo cogemos dos entradas para ver una actuación esa misma tarde. Saigón (Al menos el centro) no tiene nada que ver con el resto de Vietnam, nos llamó mucho la atención porque es una ciudad moderna, con edificios altos, tiendas de ropa de marca, e incluso se veía que la gente vestía diferente.
Después de la visita vamos al hotel Novotel, bonito y moderno (típico Novotel) aunque un poco alejado del centro.
Como siempre, tiramos de Tripadvisor para buscar un sitio para comer y decidimos ir a Quan Bui.
Subimos al piso de arriba, que tienen aire acondicionado, y pedimos unos “rolls” que eran unas bolas con un huevo cocido envuelto con pollo y un rebozado crujiente, que estaban impresionantes, después pedimos pollo con miel, y un cangrejo de cascara blanda. El pollo muy bueno, y el cangrejo no nos gustó demasiado porque le echaron una salsa de fruta de la pasión y sabía demasiado a fruta y poco a cangrejo. De postre pedimos un helado de lichi y en total pagamos por 737.550 VND (unos 30€). Es un poco caro pero la calidad era muy buena y el lugar muy agradable. Había gente local comiendo que es buena señal.
De allí cogimos un taxi y fuimos al Museo de la guerra (está bien para entender la historia aunque te deja un poco “mal cuerpo” ver todas las cosas que se hicieron), y fuimos caminando por el palacio de la reunificación de camino hacia la ópera donde teníamos la actuación a las 6.
A las 5:30 llegamos a la ópera y allí dentro te regalan un te, y venden vinos y unos dulces. Compramos un vino tinto y otro blanco (40.000 VND cada uno) que para nuestro gusto estaban bastante malos… Y 3 pastelitos de arroz (20.000 VND) que estaban bastante buenos. La obra nos gustó bastante, es una mezcla de música y baile contemporáneo (no hablan) en el que utilizan unos palos y unas cestas de mimbre y cuentan a través de ello historias de la vida de Vietnam. Las entradas nos costaron 630.000 VND cada una (poco más de 25€), y eso que cogimos la zona más barata, pero a nosotros nos mereció la pena la experiencia.
Desde la ópera cogimos un taxi al hotel (más o menos unos 23.000 VND) y nos dimos una ducha para prepararnos para cenar. Habíamos reservado en Noir, así que fuimos caminando hasta allí (está muy cerca del hotel). La experiencia es muy extraña, te meten en una habitación a oscuras (nunca en mi vida había estado en un lugar tan oscuro) y te sacan un menú de pequeños platos que tienes que ir comiendo en la más completa oscuridad. Es bastante agobiante sobre todo por el hecho de estar en un lugar que no conoces, no sabes si es un restaurante precioso o si te han metido en un garaje sucio (teniendo en cuenta que estamos en vietnam), y no sabes si estás comiendo pollo o rata (al comenzar te aseguran que no te dan de comer nada “extraño”, pero la simple probabilidad de ello da miedo). También nos influyó el hecho de que habíamos reservado a las 9 y cenamos completamente solos, todo completamente en silencio, lo que aumenta ese sentimiento de agobio (si hubiésemos escuchado a gente al lado conversando, riendo, la sensación habría sido diferente). En cuanto a la comida te dan unos 5 primeros, 5 segundos y 5 postres. En general los platos estaban buenos, aunque tampoco nos parecieron unos sabores excelentes. En total pagamos 1.917.300 VND (no llega a 80€).
De vuelta al hotel, subimos al último piso en el que había una terraza chill out con idea de tomar algo. Nuestra idea era echar un vistazo, mirar si había algún rincón bonito para relajarnos, pero nos dio la impresión de ser demasiado “elitista”, nada más llegar no se mueven de tu lado indicándote que te sientes, así que como no nos gustó nada decidimos irnos a la habitación.
[Todas las etapas de la ruta y el mapa completo en: https://www.adictosaljetlag.com/index.php/diario-de-vietnam/]
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