El pasado miércoles 4 de Mayo de 2016 el chef Javier García Peña (5º puesto en Top Chef 2014) inauguró su nuevo restaurante en la décima planta del Museo de la Ciencia de Valladolid. Durante los primeros 4 días tras la inauguración el chef ha ofrecido la “cena sibaritas”, un menú degustación de 11 pasos por 75€/persona (como bebida solo incluye agua). Con un precio tan elevado y en un local tan especial en Valladolid nuestras expectativas eran altísimas.
El acceso al restaurante se realiza por el ascensor, y lo que primero llama la atención es la decoración. Aunque han mantenido elementos del anterior restaurante, como el suelo y techo de madera noble o la magnífica vinoteca, han intentado darle contraste añadiendo por ejemplo un andamio decorando la entrada, mesas de pino con salpicaduras de pintura o cajas de madera rústica que hacen las veces de mesas auxiliares. Hay ciertos detalles que también promueven que el ambiente sea bastante informal, como el no disponer de guardarropa o que las botellas de agua sean rellenables. Algo que nos llamó la atención (desde nuestro punto de vista desacertado) es que no te sirvan pan.
No disponen de carta, únicamente el menú degustación, y la idea es que cada plato que te sirvan sea una sorpresa, de ahí que sus nombres no indiquen los ingredientes, y que solo te digan de qué se trataba después de haberlo degustado. Con el menú te ofrecen la opción de maridaje, que nos parecía una idea muy interesante, pero el sumiller no nos lo recomendó, sino que en su lugar nos aconsejó una botella de vino que nos sorprendió gratamente. Después nos dimos cuenta que la mesa contigua, de 4 comensales, sí realizó maridaje, por lo que desconocemos si la razón de no recomendarlo pudiera ser por el número de comensales (Nosotros eramos únicamente dos).
El juego de adivinar los platos es interesante y fácil de intuir puesto que los sabores son conocidos, por lo que si aún no habéis ido y queréis mantener esa sorpresa, os recomendamos que evitéis leer la parte de “Spoiler” de la crítica.
—- INICIO SPOILER —-
En primer lugar nos sirven tres entrantes: Bombones de foie y avellana, cortezas de cerdo garrapiñadas con un puntito picante, y bolas de sandía bañadas en mojito. Los sabores eran originales, mezclando dulces y salados, agradable como aperitivo.
Pica, pica juego de niños
En segundo lugar (aunque en el menú figuraba como “Paso 4”) nos sirvieron “Una gallega en la mancha”, una vieira ligeramente escabechada acompañada de cebolleta y huevas de salmón. La vieira estaba muy tierna, y la cebolleta le daba un agradable frescor. Eso sí, el plato fue muy incómodo de comer con las pinzas que te proporcionan puesto que las huevas se “escurrían” y caían al mantel. Quizá el peor detalle fue que las huevas se quedaron dando vueltas por el mantel durante toda la noche.
Una gallega en la mancha
Después de la vieira nos sirvieron una carne en forma de carpaccio acompañada de una bola untable y una guindilla, que al mezclar todo el conjunto el sabor era el de un Steak Tartar. La carne estaba tiernísima, se notaba su alta calidad, y el conjunto tenía un sabor muy bueno. Para nosotros el mejor plato del menú.
Alma de carpaccio, sabor de steak
En cuarto lugar, “La mas fresca del mercado” una ostra con una refrescante gelatina que suavizaba el sabor.
La mas fresca del mercado
El orden de los platos, vieira-carpaccio-ostra, aunque no se ceñía al orden de aparición en el menú, no nos pareció desacertado.
En ese momento, nos dimos cuenta que nos habíamos saltado el segundo paso del menú, “Cocina Nick & Kei”. Se lo comentamos a la camarera que rápidamente, aunque visiblemente afectada, nos sirvió el plato que nos faltaba. Se trataba de un “maki” de pepino y atún bastante bueno, y unas gambas crudas con una bola de coco y maíz tostado sobre una lima. El maíz le daba un original toque crujiente en contraste con la gamba cruda.
Cocina Nick & Kei
A continuación nos sirvieron “Haciendo Manitas”, una crema de verdura, con unos trozos de manitas crujientes que aportaban un contraste de sabores interesante.
Haciendo manitas
En séptimo lugar “Bones and Rolls”: Carne de rabo de toro desmigada mezclada con foie y láminas de atún seco servido en un hueso sobre una cama de sal gorda. Fue de los platos que más nos gustó del menú, con un sabor muy potente. Sin embargo la presentación con la cama de sal gorda quizá no era la mas adecuada, puesto que el contenido del hueso se volcaba y caía sobre la sal lo que resultaba desagradable al comer.
Bones and Rolls
Posteriormente “Navarrica 2.0”, un trozo de trucha muy bien cocinada, envuelta en unas finas láminas de tocino, con una salsa de verdura (no nos dijeron de qué estaba hecha la salsa, aunque lo preguntamos). En este punto de la cena la comunicación entre la sala y la cocina no era demasiado fluida, parece que el olvido del segundo plato del menú afectó tanto a la camarera como a su relación con el resto del personal.
Navarrica 2.0
El paso 9 era jarrete de lechazo, acompañado de unas verduritas y una salsa de caramelo picante. La combinación tenía un pequeño punto original por el toque picante de la salsa, pero tampoco nos pareció un plato especial.
n-122
Como postre, nos sirvieron “El planetario en su mesa”, que constaba de tres bolas: mousse de fruta de la pasión con corazón de chocolate blanco, frutos rojos con gianduja en su interior, y una semi esfera con “sorpresa” dentro. No revelaremos la sorpresa 🙂
El planetario en su mesa
En último lugar, una increíble nube de algodón de azúcar con sabor a plátano acompañado de unas rocas de chocolate. Ambos postres (planetario y petit clouds) estaban buenísimos.
Petit Clouds
—- FIN SPOILER —-
En resumen, los platos están buenos, bien cocinados, y la calidad de los productos es muy buena, pero en nuestra opinión el nivel del servicio y gastronómico no están a la altura del precio del menú. Cuando pagas 170€ en un restaurante esperas un servicio espectacular y unos sabores y técnicas de cocina sorprendentes. En nuestra opinión pensamos que aún tiene que equilibrar la relación calidad-precio.
A esto se une que vivimos alguna situación un poco incómoda por ejemplo cuando la camarera nos sirvió entre lágrimas el plato que se habían olvidado, cuando le preguntábamos por los ingredientes de los platos y nos decía que “No lo sabía porque en la cocina no le hacían caso”, cuando tuvimos que pedir pan varias veces y hasta el sexto plato no lo trajeron, o cuando al final de la cena otra de las camareras estaba limpiando a nuestro lado una de las encimeras con “KH7”.
Entendemos que se trata de un restaurante recién inaugurado, que aún tiene que pulir “fallos”. Quizá el problema haya sido las grandes expectativas generadas. Aún así no descartamos volver pasado un tiempo para tener una segunda opinión.
Hola chicos!! Ya conocía vuestra experiencia!!.
La verdad es que los platos tienen muy buena pinta y la descripción de los mismos invitan a probarlo!. Pero es cierto que cuando uno paga 170€, tiene que salir con la sensación de “casi 10”. Por menos he comido en Casa Gerardo, con una estrella Michelín y por un poco más en Berasategui, que cuenta con 3!!.
El local es muy chulo, con vistas muy bonitas de Valladolid, pero creo que aquí no hay mucha gente que quiera o pueda pagar ese dineral. Ya vimos que no se entendió a Ramiro.
El chef me cae bien, así que le daremos una oportunidad, pero creo que voy a esperar a que volváis vosotros y nos contéis, jejejeje
¡Rectifico!, se me ha ido la olla con los cálculos, jeje. Concretamente Berasategui es un poco más pero por persona!!.
Me gustaría conocerte ( MAR ) y intercambiar opiniones… de restauración
Hola chicos!
Os agradecemos y no sabéis de qué manera, el resumen de vuestra experiencia. Trabajaremos duro para mejorar los detalles que nos comentáis y si volvéis a pasar por SibaritasKlub viváis una experiencia inolvidable. Agradeceros también por entender que llevábamos tres dias abiertos .
Muchas gracias y para lo que necesitéis.