La 62 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián presentaba una Sección Oficial con predominio de cintas europeas a concurso, y en particular españolas, que también se ha visto reflejado en el palmarés del jurado.
Al comenzar la edición, el Director del Festival, Jose Luis Rebordinos aseguraba que “la Sección Oficial era la mejor de los cuatro años en los que ha dirigido el festival”, y es cierto que en general la aceptación del público ha sido positiva, sin abandonos masivos durante las proyecciones, aunque también sin grandes ovaciones. El buen ambiente que se ha respirado durante toda la semana en la ciudad donostiarra llegaba a las salas, en las que como nota anecdótica y por primera vez en la historia del zinemaldia, el público arrancaba a tocar palmas al son de la melodía del festival al comienzo de cada proyección.
Pero volviendo al palmarés, la gran y merecidísima vencedora de la presente edición ha sido la española Magical Girl, que ha logrado dos grandes premios con la concha de oro a la mejor película y la de plata al mejor director. Si bien es cierto que Magical Girl puede no tratarse de una película para todos los públicos, estamos ante un cine en estado puro donde el director es capaz de capturar la esencia de unos personajes que trascienden a ellos mismos y a la propia trama, moviéndose en unos límites de la moralidad ciertamente inquietantes cuando se trata de proteger a los seres queridos, y en el que cada espectador es libre de completar una historia que no acaba de ser desvelada.
El jurado también ha reconocido lo mejor de otra española, La Isla Mínima, con la concha de plata al mejor actor por la magnífica interpretación de Javier Gutierrez encarnando a un policía de la vieja escuela, y el premio a la mejor fotografía. Cabe destacar que por segundo año consecutivo una película española logra esta última distinción. La concha de plata a la mejor actriz, recayó finalmente en la danesa Paprika Steen por su actuación en la película Silent Heart, que lo disputaba con otras grandes interpretaciones como la de Anaïs Demoustier en su papel en Una nueva amiga, la última película de François Ozon, ya un habitual en la Sección Oficial del festival.
Pero hay cine mas allá de la sección oficial. Abriendo nuevos caminos se presentaba Borja Cobeaga con su film Negociador, justamente premiado con el premio Irizar al cine vasco, una tragicomedia que relata el proceso de negociación con la banda terrorista y que trata de romper tabúes con ciertas dosis de humor.
En el otro extremo, mucho más controvertida ha resultado la película Lasa y Zabala, que ha generado cierta polémica en cuanto a su financiación y ha sido tachada de retratar un hecho real pero a través de una visión sesgada y descontextualizada.
En la sección de perlas de otros festivales ha destacado la producción Argentina-Española Relatos Salvajes, que repitió el éxito de Cannes con aplausos y carcajadas durante todas las proyecciones a través de varias historias de humor negro, y que acabó cosechando el premio del público a la mejor película con producción europea.
Es digna de reseñar la incursión de Antonio Banderas en la producción de ciencia ficción española con Autómata, una película que sin llegar a ser una obra maestra, ha sido injustamente tratada por la crítica española, y que curiosamente está recibiendo una buena acogida en el extranjero.
Como en cada edición, no podían faltar las estrellas internacionales. Este año han visitado la ciudad Denzel Washington, que recibió el premio Donostia el primer día del Festival, William Dafoe, Viggo Mortensen, Benicio del Toro, segundo premio Donostia de ésta edición, Josh Hutcherson (reconocido por las más jóvenes) y Orlando Bloom, cuya presencia en el festival fue de unas pocas horas pero que dio que hablar al llegar rodeado de una veintena de moteros que le escoltaron hasta el interior del kursaal.
El éxito conseguido por el cine español durante esta edición muestra cómo nuestra industria se encuentra en un momento en el que los nuevos directores irrumpen con buenas historias e ideas sobre cómo contarlas, y con medios técnicos para crear películas de gran calidad.
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