“La odisea de los giles”, adaptación de la novela “La noche de la Usina” (Eduardo Sacheri, 2016), llega a la 67 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián como una Proyección Especial (fuera de concurso) de la Sección Oficial.
La película toma de contexto un episodio tan dramático para la sociedad argentina como el corralito de 2001. En palabras de uno de sus protagonistas, y más que habitual en el festival donostiarra, Ricardo Darín: “Lo que ocurrió en aquel momento, más allá de que no fue muy investigado a posteriori, está grabado en el ADN de todos nosotros. No fue sólo un problema económico-financiero. Se han perdido vidas. Se han modificado familias con gente auto-exiliada para buscarse fuera una nueva vida. El dolor acumulado es muy grande”. No obstante, también se muestra esperanzado: “Los argentinos tenemos una gran gimnasia de atravesar crisis, sobrevivirlas y volver a renacer. Quién sabe si no será esa nuestra característica principal: renacer todo el tiempo. De todos modos, somos un pueblo con mucha esperanza y esperamos aprender de los errores cometidos, si es que los hemos cometido nosotros, y poder avanzar”.
Pese a este trasfondo, la película, que no deja de ser en esencia una “peli de atracos” al estilo Ocean’s Eleven (Steven Soderbergh, 2011, USA) pero con unos personajes menos glamurosos, más “giles” (o “pardillos” como se traduciría a jerga castellana), está repleta de buenas dosis de humor. El director Sebastián Borensztein explicaba al respecto que “más que proponernos hacer una comedia, nos propusimos contar una historia que tiene un contexto muy dramático pero con la premisa de que aquel lugar en el que pudiera caber el humor, lo explotaríamos al máximo”.
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