Continuamos en Datong visitando la grutas Yungang, el templo Shanhua, el muro de los 9 dragones y la torre del tambor, comemos unos deliciosos dumplings y terminamos el día cogiendo un tren hasta Pingyao
Hoy tenemos un día tranquilo visitando las grutas de Yungang y el resto de la ciudad de Datong. Nos recogen la guía y el chofer a las 9:00 en nuestro hotel y a las 10:00 ya estamos entrando en las grutas de Yungang. El mega proyecto turístico del alcalde de Datong no incluye solo la reforma de la parte antigua de la ciudad (incluida la construcción desde cero de la muralla), sino que también está modernizando las atracciones turísticas, y es que lo primero que llama la atención es todo lo que han construido alrededor de las grutas: una entrada y una recepción gigantescas, un templo con 3 salones enormes rodeados de un lago, jardines… todo a lo grande y con ese aire a “port aventura” que le hace perder todo el encanto. Tardas más tiempo en recorrer todo el complejo que las propias grutas, pero una vez que llegas a ellas, no puedes dejar de mirarlas. Cada gruta te parece mejor que la anterior, es increíble la decoración que tienen por dentro, con todo ese detalle, y los colores, impresionante! Y es más que recomendable ir con guía porque hay un montón de historias y detalles en los que fijarse en cada una de las grutas que si vas por tu cuenta te perderás.
Interior de una de las grutas Yungang
A las 12:15 salimos de las grutas y volvemos a la ciudad de Datong para visitar el monasterio Shanhua. Es interesante y estaba completamente vacío, pero tampoco es imprescindible.
De nuevo nos dejamos aconsejar por la guía y sobre las 13:00 comimos en un restaurante especializado en dumplings justo en la rotonda de la torre del tambor, en el que también podías ver cómo elaboraban los dumplings a través de un cristal. Pedimos unos dumplings de gambas buenísimos, otros de cerdo tostados por la parte de abajo que también estaban muy buenos, y un pan chino que no tenía ni punto de comparación con la “fritanga de pan chino” que nos venden en los restaurantes de España… este estaba buenísimo! Esto y 2 cervezas nos costó aproximadamente 150¥ (No llega a 20€).
Dumplings de gambas
El auténtico pan chino
Terminamos de comer sobre las 14:00 y hasta las 15:00 que teníamos previsto salir hacia la estación tuvimos tiempo libre para pasear por la zona, así que nos acercamos al muro de los 9 dragones. La entrada está muy cerca del centro de la ciudad y es gratuita, pero tampoco es nada del otro mundo. Subimos también a la torre del tambor, la entrada también es gratuita y está en el centro de la ciudad así que es interesante subir para ver las vistas de las 2 calles principales.
Cuando diseñamos la ruta valoramos la opción de hacer el traslado de Datong a Pingyao en coche, pero la agencia nos recomendó el tren porque sale mucho mas barato (De la otra forma habría que pagar el chofer y el coche), es más cómodo, el tiempo de trayecto es similar, y porque durante la ruta de Datong a Pingyao no ninguna visita demasiado interesante de realizar (Teníamos anotado el paso de Yanmenguan pero, habiendo visitado ya la muralla en Pekin, en la agencia no nos recomendaron especialmente esta visita). El tren de Datong a Pingyao es un tren regional, no un tren rápido, así que el trayecto dura unas 6 horas… Hay mucha gente que toma el tren nocturno y aprovecha para hacer noche, pero nosotros no tenemos buenos recuerdos del tren nocturno de Sapa (Ver la etapa en nuestro diario de Vietnam), así que preferimos ir en el tren por la tarde y poder dormir en el hotel por la noche.
A las 16:40 sale nuestro tren y estuvimos en la estación un buen rato esperando hasta que a las 16:10 abren las puertas. ¡¡¡Sálvese quien pueda!!! Después de codazos y empujones a los que ya nos estamos acostumbrando en las colas chinas conseguimos pasar el torno y entrar en el tren. Hay poco sitio para las maletas así que es recomendable ponerse pronto en la “cola”. Tenemos cama dura (cuando compramos el billete ya no quedaban plazas en cama blanda) y la verdad es que no está mal porque sí que tiene colchón, no es tan dura 🙂 . Hay 3 niveles de literas y nosotros tenemos la planta de abajo que es la más cómoda porque puedes ir sentado durante todo el trayecto y tiene una mesita entre las dos camas. Los pisos superiores no tienen suficiente altura como para ir sentado, así que la gente que tiene esas camas utiliza unos asientos abatibles en el pasillo. Un dato importante: En el vagón no hay enchufes así que procurad cargar el móvil a tope antes de entrar porque son 6 largas horas de viaje.
Tren de Datong a Pingyao
Sobre las 21:00 apagan las luces del tren para que la gente pueda dormir. No te tienes que preocupar en quedarte dormido y saltarte la parada porque el revisor lleva apuntados todos los billetes y se encarga de avisarte en la parada anterior a la tuya (eso sí… el revisor no tiene ni papa de inglés, pero con un simple gesto es suficiente 🙂 ).
Llegamos a Pingyao a las 00:11 y la verdad es que, cómo ya íbamos mentalizados, el trayecto no se nos hizo tan largo. El chofer vino a recogernos a la estación, y nos llevó directamente al hotel. A esas horas las calles están completamente muertas… los coches no pueden entrar en la zona interior de la muralla pero parece que fuera del horario comercial sí es posible porque vimos un montón de coches descargando mercancía en las tiendas y nuestro chofer nos dejó justo a la puerta de nuestro hotel, Water Hotel (89€ la noche), en plena parte antigua de la ciudad.
Hoy nos despedimos de Pekín y volamos hacia nuestra siguiente parada: Datong, donde visitamos el templo colgante, la pagoda de madera más antigua que se conserva en China, y el monasterio Xia Huayan
Hoy nos despedimos de Pekín y volamos hacia nuestra siguiente parada: Datong. Quedamos con la guía de China Highlights a las 4:00 en el hall del hotel para ir al aeropuerto ya que nuestro vuelo sale a las 7 de la mañana. A esas horas no hay nada de atasco así que llegamos al aeropuerto en solo 30 minutos y a las 5:10 ya habíamos hecho el check in de las maletas.
Aún tenemos las IC card y el día anterior en la taquilla de la estación de metro nos dijeron que se devolvían en el aeropuerto así que nos dirigimos hacia los carteles de airport express buscando la taquilla, pero nuestro gozo en un pozo cuando vemos que a esas horas está cerrada… abren a las 6! así que no nos arriesgamos y aunque perdemos los 40¥ de la fianza vamos ya al control de seguridad. El control es bastante exhaustivo, te hacen sacar todos los aparatos electrónicos y baterías de las bolsas de mano y cachean a todo el mundo de uno en uno. Nosotros llevábamos una batería externa y no nos la dejaron pasar porque no indicaba en ningún sitio los vatios que tenía, así que si queréis llevar una batería portátil a china revisad que tenga una pegatina con las especificaciones.
Aterrizamos en Datong a las 8:15 y allí nos espera nuestra siguiente guía: Michelle, una de las mejores guías que tuvimos durante todo el viaje: amable, pendiente en todo momento de nosotros, nos recomendó buenos lugares para comer, y hablaba perfectamente inglés (en Datong no existen guías en español).
Desde el aeropuerto vamos directos al templo colgante Xuan Kong Si y llegamos allí sobre las 10 de la mañana. Hay un número máximo de personas que pueden permanecer al mismo tiempo en el templo, así que por lo visto a primera hora de la mañana hay bastante cola para acceder, pero cuando nosotros llegamos ya no tuvimos que esperar. La guía nos comentó que a partir de las 11 comienza a dar la sombra en el templo y no se ve tan bonito así que parece que las 10 es la mejor hora para visitarlo.
Templo colgante Xuan Kong Si
Estrechos pasillos colgantes en el templo Xuan Kong
El templo está literalmente colgando del acantilado, y los pilares que parece que lo “sujeten” se añadieron después para que a la gente no le diese miedo subir, pero realmente no aguantan ninguna carga. Es muy estrecho, apenas cabe una persona en la ruta que recorre los pasillos así que la visita se hace en fila de a uno. Merece mucho la pena verlo, es impresionante!
Desde allí nos dirigimos al Templo de Fogong para visitar la pagoda de madera más antigua que se conserva en China. Nos gustó bastante y estaba vacía de gente, algo que siempre nos encanta. No es tan imprescindible como el templo colgante pero creemos que es interesante verla si pasas por la zona, eso sí, no penséis en tener buenas vistas porque para poder conservarla no permiten acceder al interior de la pagoda ni por supuesto subir.
A las 12:30 salimos del templo buscando un sitio para comer. Alrededor de la entrada del templo hay bastantes tiendas y bares pero la guía nos recomendó ir mejor a un restaurante grande (parece que formaba parte de un hotel) donde tienen muchos platos para elegir. No recordamos el nombre pero en el mapa al final del post podéis ver la ubicación. Pedimos un plato de cerdo con setas muy bueno, dos tortillas rellenas de cerdo que también estaban buenas, unas berenjenas, arroz y 2 cervezas, todo por 100¥ (unos 13€).
Plato de cerdo con setas
Torta rellena de cerdo
Después de comer y aproximadamente a 1 hora en coche llegamos al hotel, Garden Hotel (66€ la noche), un hotel limpio y sobre todo super bien situado, justo al lado de la torre del tambor. Descargamos las mochilas y fuimos a dar una vuelta por la renovadísima parte vieja de Datong. Es increíble la remodelación que se ha montado el alcalde de esta ciudad… aunque sea un “port aventura” de edificios vacíos a medio construir, la verdad es que es una zona agradable para pasear y para salir a cenar.
Llegamos hasta el monasterio Xia Huayan sobre las 16:30. El precio de la entrada es de 65¥ y el horario de verano (15 de abril al 15 de octubre) es de 8:00 a 18:00 y de invierno de 8:00 a 17:00. Lo que más nos gustó fue que en una pequeña “capilla” que hay al fondo estaban los monjes rezando con varias personas del pueblo. Había seguridad en la puerta para que los turistas no entrásemos a molestar pero está abierto al exterior así que desde la explanada de fuera se puede ver perfectamente la ceremonia y disfrutar de los hipnóticos cantos de los monjes. Después del momento “zen” subimos a la pagoda. Las vistas desde aquí son muy interesantes sobre todo porque, hasta que reformen por completo la ciudad, se pueden ver las zonas de casas derruidas que todavía no han restaurado (que no se parecen ni de lejos a las nuevas…), y al fondo, después de la muralla, se ve la gran cantidad de enormes bloques de edificios de estilo comunista que también están construyendo por decenas.
Vistas desde la pagoda del monasterio Xia Huayan. Al fondo a la izquierda la renovada plaza Hongqi y a la derecha las casas originales antes de la reforma
Fuimos al hotel a descansar y darnos una ducha y sobre las 20:00 salimos a cenar. Hay un buen ambiente por la zona, muchas familias con niños, y en la plaza una especie de coches de choque al aire libre, curioso para dar un paseo.
Fuimos a cenar a Fenglin Ge sobre las 20:40 y aunque parecía que había mucha cola, en 5 minutos ya entramos a sentarnos. Los camareros no hablaban inglés, pero sí que tienen menú en inglés y con fotografías así que no tuvimos grandes problemas en conseguir entendernos. Pedimos unos dumplings “beef mix” de 9 unidades (90¥), otros dumplings de 5 (56¥), un pescado frito que recordaba muchísimo al típico pollo al limón que comemos en los restaurantes chinos de España, un entrante, 2 cervezas y un zumo. Para pagar hay que coger el cartel que está en la mesa con un código QR y llevarlo a la caja. En total pagamos 496¥ (poco mas de 60€), algo caro para ser china… La comida estaba buena (sobre todo los dumplings). Eso sí, merece la pena pasearse por el restaurante, ya que tiene muchos pasillos y recovecos, e incluso puedes ver a través de un cristal la cocina donde preparan sus famosos dumplings.
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