A las 9:00 salimos hacia el Barrio de samurais. A esa hora algunos sitios estaban aún cerrados, porque la mayoría abren a las 9:30, pero es más relajante pasear por el barrio cuando no hay nadie. Sobre las 9:30 llegamos a la casa samurai Nomura. La entrada cuesta 550¥ y la visita nos gustó, tiene varias salas de tatami con vistas a un pequeño y frondoso jardín.
Justo al lado de la entrada hay una tienda de dulces donde compramos una especie de gelatina de chocolate blanco muy buena (la tradicional es de anko, la pasta de alubias japonesa, pero en esta tienda tenían también otros sabores más comunes entre los occidentales). Y enfrente hay otra pastelería con varios tipos de mochis y pasteles japoneses, así que cogimos un mochi y un bizcocho relleno de anko y nos pusieron un té en unas pequeñas mesitas que tienen al fondo.